lunes, 14 de noviembre de 2016

LA PERLA PEREGRINA, ENTRE LA VERDAD Y LA LEYENDA


La “Perla  Peregrina”, debe su fama a su aspecto en forma de lágrima, su color y su tamaño. Recibe ese nombre por su rareza y por considerarse una  pieza muy escasa con  esa morfología. Esta joya siempre se vio envuelta en misterios y leyendas, de las que aún a día de hoy no es ajena.


Se dice que la halló un esclavo en aguas del Caribe, cercanas a Panamá y debido a esta hazaña obtuvo su libertad. En 1580 Diego Tebes  ( que fue alguacil mayor de Panamá) se la ofrece al rey Felipe II y este la adquiere a  Través del Consejo Real  de Indias.


De esta forma sería María Tudor, la primera en lucir esta joya y que la plasmaría en un retrato de Antonio Moro. Su fallido matrimonio con Felipe II, hizo que la reina junto a sus joyas volvieran a Inglaterra, hasta después de su fallecimiento, cuando la perla regresa a la corona española.








La “Peregrina”, formaría parte del joyero real e iría pasando por herencia a los sucesivos reyes y  consortes. Así, Felipe III se retrataría con la codiciada perla prendida en su sombrero, mientras su esposa Margarita de Austria-Estíria, la luciría en el retrato pintado por Velázquez.

Pero llego José Bonaparte, exigiendo las joyas de la corona de los reyes exiliados, llegando así a la esposa del rey invasor, Julia Clary. Cuando se separaron Bonaparte se llevo la perla Estados Unidos. Al volver a Europa, deja en herencia la joya a Napoleón III, que la vende y se la compra el Marqués de Abercórn y  este se la regala a su esposa.
La perla regresa a Estados Unidos donde se subasta en el 23 de enero de 1969. Ganó la puja Richard Burton por 37.000 dólares y fue el regalo que le hizo a Elizabeth Taylor en su 37 cumpleaños.
La perla fue nuevamente subastada al fallecimiento de la actriz. Fue adquirida por 9 millones de dólares el 13 de diciembre de 2011.




Esta podía considerarse en resumen la historia oficial, pero la realidad y la leyenda se confunden surgiendo varias incógnitas en el transcurso de la historia de la singular joya.

LA CORONA ESPAÑOLA INTENTA RECUPERARLA

Tras hacerse con la codiciada joya, la familia Abercorn, la vende a una joyería londinense. El Rey Alfonso XIII en 1914 quiere comprarla para regalársela a la que sería su esposa, pero no llegaron a un acuerdo económico y la perla termino en manos del multimillonario Henry Huntingdon.

En 1969, en la subasta de Nueva York, Don Alfonso de Borbón Dampierre intento hacerse con ella, pujando 20.000 dólares por la joya. No la consiguió y un día después el Duque de Alba negó la autenticidad de la perla subastada. Exhibió una perla que aseguró ser la auténtica “Peregrina”. Los expertos declararon que esa perla el regalo Alfonso XIII a su esposa por su parecido con la original, pero esta estaba taladrada y la original jamás se taladró. Esta segunda joya se ha visto en numerosas ocasiones lucida por la Reina Sofía.



Realidad o leyenda, la “Perla Peregrina”, ha sido una de las joyas más codiciadas de toda la historia. Todos han querido dejar una huella manifestando la realidad de esta lágrima perlada tan preciada. Y así lo hizo el periódico ABC o EL ECONOMISTA.

La incógnita ¿Quién posee la Perla Peregrina? y ¿Dónde está?