jueves, 13 de octubre de 2016

LOS NIÑOS PRODIGIOS DEL CINE AMERICANO DE LOS AÑOS 30


Los años 30 fue la época dorada del cine en Hollywood. La industria del cine supo llamar la atención de la gente que encontraba en las películas un retrato de la vida cotidiana. Sus películas para toda la familia, hizo que se popularizaran a pequeños actores, que desde temprana edad destacaban por su desparpajo e inocencia, transmitiendo el “todo va bien” a pesar de todo.

FreddieBartholomew, fue uno de los niños más queridos de la pantalla. Sus aires refinados, su imagen angelical e inocente, llegó al corazón de la gente. Sus películas más destacadas son: David Coperffield (1935), Ana Karenina, (1936), junto a Greta Garbo, en el papel de Sergei. Pero la producción que lo lanzó al estrellato fue, El pequeño lord (1936), aunque se le recuerda sobre todo por Capitanes Intrépidos (1937). El convertirse en adolescente hizo que su futuro interpretativo decayera, aunque participó junto a Mickey Rooney en Horizontes de Gloria o junto a Judy Garland en Listen Darling (1938).
A medio camino entre Bartholomew y Ronney, nos encontramos con el pequeño Jackie Cooper. Lejos de la imagen angelical y hermosa de sus compañeros, este chico era un gran  deportista que fue entrenado  por el mismísimo Jhonny Weissmuller. Sus mayores éxitos fueron con las  películas, La Isla del Tesoro (1934) y  El Campeón, de King Vidor.

Si ellos son valientes, traviesos y angelicales, ellas son unas divas. La versatilidad de estas niñas, hacen que se adapten a todo tipo de papeles: cantan, bailan e interpretan todo tipo de papeles. Hay que reconocer que la niña mimada de la pantalla siempre fue Shirley Temple a que le seguirían Jane Withers o Deanna Durbin. Cada productora tenía su propia pequeña princesa y muchas se salvaron de la ruina gracias a estas estrellas cinematográficas.

Entre sus películas más famosas se encuentran: Rebelde (1935), Gracia y Simpatía (1934), La Pequeña Coronela (1935) o La Simpática Huerfanita (1935), entre otras. Pero en su adolescencia se fue borrando esa inocencia interpretativa y como sucedió con otros de sus compañeros, acabó siendo  una más entre tantas.
Si hay una estrella que brilló más que ninguna otra, esa fue Judy Garland. Una niña que supo adaptarse a su propia evolución y cultivo el éxito en todas sus etapas. Especialmente fue el musical donde ella destacaba sobre las demás como sucedió en El Mago de Oz, Pero también supo sumergirse en la comedia, junto a Mickey Rooney de pareja cinematográfica. Juntos protagonizaron varios títulos como: Los Hijos de la Farándula (1939), Armonías de Juventud (1941), hasta llegar a  Girl Crazy (1943), última película que realizaron en compañía.

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